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De acuerdo a estadísticas internacionales el 94 de los accidentes automotrices son a causa de error humano (En el 28% el entorno o clima tuvo algo que ver y solo en 6% fueron causas mecánicas), 1 de cada tres de estos accidentes fue en un vehículo utilitario o conduciendo para el trabajo.
Los conductores que manejan como parte de su trabajo tienen entre 30% a 40% más siniestralidad que los conductores privados.
Cada día la tecnología avanza considerablemente para hacer los vehículos y las calles más seguras y más eficientes, sin embargo la parte de esta ecuación que permanece impredecible es la destreza del conductor.
Gráfica cortesía de Tony Scotti Driving
Lo que el conductor espera Vs. lo que realmente pasa
La primera regla de la conducción: Muy pequeños cambios en la velocidad = grandes cambios en el comportamiento del vehículo. Todos los conductores tenemos una forma de pensar lineal, esto quiere decir que cuando incrementamos la velocidad de nuestro vehículo esperamos que las reacciones en general se vayan incrementando de la misma manera. NADA MÁS FALSO La regla es que duplicar la velocidad no duplica las fuerzas que se ejercen sobre el vehículo, las cuadruplica; si un a un vehículo viajando a 64 km/p le tomaría (En condiciones óptimas) 32 metros frenar completamente, al mismo vehículo viajando a 128 km/h le tomaría 130 mts. La separación de la línea de lo que el conductor espera de la de lo que realmente esta sucediendo genera ansiedad en el conductor promedio, y son estas sorpresas las que generan que el conductor pierda el control.